21 enero 2012

Parábola del pescador

Foto: Julius-Revolution

Un hombre de negocios americano estaba en el embarcadero de un pueblecito costero de Galicia cuando llegó una barca con un solo tripulante y varios atunes muy grandes.
El americano felicitó al gallego por la calidad del pescado y le preguntó cuánto tiempo había tardado en pescarlo.
El gallego replicó: Oh! Sólo un ratito.
Entonces el americano le preguntó por qué no se había quedado más tiempo para coger más peces. El gallego dijo que ya tenía suficiente para las necesidades de su familia.
El americano volvió a preguntar:
¿Y qué hace usted entonces con el resto de su tiempo?
- El gallego contestó: - Duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, duermo la siesta con mi mujer, voy cada tarde al pueblo a tomar unas copas y a tocar "la gaita" con los amigos. Tengo una vida plena y ocupada, señor.
- El americano dijo con tono burlón:
- Soy un licenciado en Harvard y M.B.A. por Camdbridge y le podría echar una mano. Debería dedicar más tiempo a la pesca y con las ganancias comprarse una barca más grande..
Con los beneficios que le reportaría una barca más grande, podría comprar varias barcas. Con el tiempo, podría hacerse con una flotilla de barcas de pesca.
En vez de vender su captura a un intermediado, se la podría vender al mayorista; incluso podría llegar a tener su propia fábrica de conservas. Controlaría el producto, el proceso industrial y la comercialización. Tendría que irse de esta aldea y mudarse a Vigo, luego a Madrid y finalmente a Londres, donde dirigiría su propia empresa en expansión.
- Pero señor, ¿cuánto tiempo tardaría todo eso?
- De quince a veinte años
- Y luego ¿qué?
- El americano soltó una carcajada y dijo que eso era la mejor parte:
- Cuando llegue el momento oportuno, puede vender la empresa en bolsa y hacerse muy rico.. Ganaría millones.
- ¿Millones, señor? Y luego ¿qué?

- Luego se podría retirar. Irse a un pequeño pueblo costero donde podría dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con sus nietos, dormir la siesta con su mujer e irse de paseo al pueblo por las tardes a tomar unas copas y tocar "la gaita" con sus amigos.

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