19 abril 2012

Los labios de la sabiduría permanecen cerrados, excepto para el oído capaz de comprender.

Foto: Julius-Revolution

Como arriba es abajo, como abajo es arriba. Este principio encierra la verdad de que siempre hay una cierta correspondencia entre las leyes y los fenómenos de los varios estados del ser y de la vida. Las mismas leyes de lo denso actúan en lo sutil, y viceversa. La comprensión de éste principio da una clave para resolver muchos de los más oscuros problemas y paradojas de la naturaleza.

Los antiguos sabios, consideraban este principio como uno de los más importantes auxiliares de la mente, por cuyo intermedio se puede descorrer el velo que oculta lo desconocido a nuestra vista. De igual manera que el conocer los principios de la geometría habilita al hombre para medir el diámetro, órbita y movimiento de las más lejanas estrellas, mientras permanece sentado en su observatorio, así también el conocimiento del principio de correspondencia,
habilita al hombre a razonar inteligentemente de lo conocido a lo desconocido, de lo ínfimo a lo infinito.