Foto: Julius-Revolution
Los antiguos sabios, consideraban este principio como uno de los más importantes auxiliares de la mente, por cuyo intermedio se puede descorrer el velo que oculta lo desconocido a nuestra vista. De igual manera que el conocer los principios de la geometría habilita al hombre para medir el diámetro, órbita y movimiento de las más lejanas estrellas, mientras permanece sentado en su observatorio, así también el conocimiento del principio de correspondencia,
habilita al hombre a razonar inteligentemente de lo conocido a lo desconocido, de lo ínfimo a lo infinito.