13 septiembre 2011

2000 años, y tan joven...

Foto: Julius-Revolution

El Acueducto de Segovia es la obra de ingeniería civil romana más importante de España y es uno de los monumentos más significativos y mejor conservados de los que dejaron los romanos en la península Ibérica. Conduce las aguas de un riachuelo llamado Acebeda que nace a 17 km de la ciudad, en la Sierra de Guadarrama. Hasta llegar a la ciudad recorre más de 15 km. Una vez allí, la obra que se ve al exterior nace en una pequeña casa de aguas y después recorre 728 metros (con una pendiente de un 1%). Está construido en piedra berroqueña labrada, sin mortero ni argamasa, piedra sobre piedra, sujetándose una encima de la otra y encajando perfectamente. 
El acueducto sigue siendo un enigma para los historiadores y los arqueólogos. Es una obra inmensa, importantísima y sin embargo no se tiene noticia de que aquí hubiera población romana importante. Tampoco se ponen de acuerdo los historiadores sobre la fecha de su construcción. Unos aseguran que fue en tiempos de Augusto, el primer emperador de Roma desde el 27 A d.C al 14 d.C. y otros dicen que de tiempos del emperador Claudio 41-54 d.C.
Para garantizar su supervivencia, se ha procedido a un minucioso proceso de restauración que ha durado casi 8 años, al tiempo que se ha desviado el tráfico rodado de las inmediaciones del monumento, transformádose en zona peatonal. En 1992 los coches dejaron de pasar por debajo de los arcos del acueducto. Con todo, sigue expuesto a la contaminación ya que se sigue circulando a escasos metros de él.