12 abril 2011

Mamá

Louise Bourgeois
"Mamá"
Foto: Julius-Revolution
A lo largo de una carrera que abarca casi siete décadas, Louise Bourgeois ha ido creando un corpus de obra rico y siempre innovador que se ha entrecruzado con algunos de los principales movimientos vanguardistas del siglo XX, como el surrealismo, el expresionismo abstracto y el post-minimalismo, sin renunciar a su propia visión creativa. Aunque la obra de Bourgeois abarca la pintura, el dibujo, el grabado y la performance, la artista es más conocida por sus esculturas, ya sean íntimas o monumentales, en las que emplea diversos materiales como la madera, el bronce, el látex, el mármol y el tejido. Su obra es muy personal, con frecuentes referencias a una dolorosa infancia marcada por un padre infiel y una madre cariñosa pero cómplice de la situación, y al mismo tiempo tiene un carácter universal ya que encara el reto agridulce de ser un ser humano. Mamá, de casi 9 metros de altura, es una de las esculturas más ambiciosas de Bourgeois y pertenece a una serie inspirada en la araña, motivo que apareció por primera vez en varios dibujos realizados por la artista en la década de 1940 y ocupó un lugar central en su obra durante la década de 1990. Las arañas, que Bourgeois presenta como un homenaje a su madre, que era tejedora, ponen de manifiesto la duplicidad de la naturaleza de la maternidad: La madre es protectora y depredadora al mismo tiempo. La araña utiliza la seda tanto para fabricar el capullo como para cazar a su presa así que la maternidad encarna fortaleza y fragilidad. Estas ambigüedades se ven intensamente reflejadas en esta Mamá gigantesca, que se sostiene ominosamente sobre unas patas que semejan arcos góticos y que funcionan al mismo tiempo como jaula y como guarida protectora de una bolsa llena de huevos que se encuentran peligrosamente adheridos a su abdomen. La araña provoca pavor y miedo pero su gran altura, sorprendentemente equilibrada sobre unas ligeras patas, transmite una vulnerabilidad casi conmovedora.

Foto: Julius-Revolution

Si os gusta la fotografía, en Bilbao, disfrutareis tanto en el interior del museo Guggenheim como fuera, disparando vuestra cámara sin parar sobre el titanio que recubre el exterior, brillos reflejos, contrastes, luces, sombras...

Y el delirante arquitecto Frank Gehry...un genio.