28 marzo 2011

Las Ofrendas en Bali

                             Foto: Julius-Revolution

Se suele decir que el hinduismo cuenta con treinta y tres mil dioses. Una religión que incita a sus seguidores a venerar todo aquello que los rodea 
–ríos, árboles, montañas, animales– tiene que producir, lógicamente, muchas imágenes de lo divino. De hecho, todas estas divinidades no son más que rostros de una sola realidad fundamental que los hindúes llaman Brahma (el alma universal), absoluto, eterno, de donde nacen todas las cosas. Los diferentes dioses no son más que imágenes de esta realidad invisible. Venerarlos es un medio para acceder a esta alma universal.

Hay tres dioses que ocupan un lugar destacado en
el hinduismo: Brahma, Siva y Visnú:


• Brahma es el creador del universo y de todos los
seres vivientes.
• Siva es el dios que destruye el universo. También
es el dios de la danza.
• Visnú es el dios que vela sobre todo el universo.
Cuando el mal amenaza con instalarse en el mundo, él baja y restaura el equilibrio.


No se puede hablar del Hinduísmo en Bali sin antes dedicarle un capítulo aparte a las ofrendas.

Las ofrendas son extremadamente importantes en la práctica diaria de la religión balinesa e, incluso, en su misma vida social.

A ellas le dedican los balineses buena parte de sus escasos ingresos, lo que nos puede dar una idea aproximada de hasta qué punto vida y religión están estrechamente ligadas en la cultura balinesa.

Las ofrendas se usan en cualquier tipo de expresión religiosa, ya que a Dios nos dirigimos siempre a través de ellas: en grandes y en pequeñas ceremonias, en los templos importantes y en los familiares o en los pequeños templitos que toda familia balinesa tiene en su casa. A veces son muy vistosas y espectaculares, a los ojos de un occidental.

Es más, es muy común y una de las cosas que más llaman la atención del turista que va por primera vez a Bali, el ver pequeñas ofrendas con varias barritas de incienso sobre ella en la calle, justo delante de los comercios.
Es posible que hasta las pises sin darte cuenta y te sientas como si hubieras cometido algún tipo de ofensa hacia quien las puso allí, sin embargo, no tiene la menor importancia pues ya cumplieron su cometido: rezar.

Incluso, cuando los balineses salen de excursión o de viaje a algún lugar dentro de la misma isla, es costumbre parar en algún templo del camino para depositar una ofrenda y pedir su protección.

Así, las ofrendas sirven, por encima de cualquier otra consideración, para comunicarnos con Dios.

Fuente: isladebali.blogspot.com