Aunque ahora soy mas herbívoro (perdón, vegetariano) que carnívoro, os contaré mi experiencia en el Restaurante Carnivore de Nairobi. Aterrizamos en la capital de Kenya un caluroso día de agosto de 1996, como punto de partida de una transafricana que nos iba a deparar un mes entero de experiencias y sensaciones inolvidables. Viajaríamos 16 personas, mas conductor (Ben) y ayudante (Edmore) en un camión y tiendas de campaña para dos personas, desde Nairobi hasta Johaesburgo. Ante las perspectivas poco alagüeñas de visitar una de las ciudades mas peligrosas del mundo, decidimos deambular por los alrededores del hotel (aún así, a un compañero le robaron la cámara), hasta la hora de la cena, que como no podía ser de otra forma, fué en el Carnivore. En taxi de puerta a puerta. Comienzo exótico, divertido y algo turistón, donde los aventureros, comenzábamos a conocernos.
El Carnivore es un restaurante al aire libre, con amplísimos jardines, en las afueras de Nairobi. Su especialidad es la carne, y cuenta con un "all-you-can-eat", buffet famoso sobre todo por sus piezas de caza de animales centroafricanos.
Al restaurante se entra a través de la impresionante parrilla central en la que se cocinan las exóticas carnes ensartadas en largas espadas masai. El local asegura que todo lo que se cocina se compra a cazadores con permisos del gobierno para realizar caza controlada, permitida expresamente, sin riesgo para las especies. Salvados los escrúpulos legales y morales, el resto es gastronomía y diversión.
Carnivore es famoso en todo el planeta porque su menú incluye piezas difíciles de encontrar en otras latitudes. Quien quiera probar cocodrilo a la parrilla (me encantó), facócero , jirafa, gacela, antílope, cebra, ñu, avestruz, serpiente y otras especies centroafricanas no encontrará mejor escenario para disfrutarlo que el restaurante Carnivore de Nairobi, que ha llegado a convertirse en una institución en todo el continente. Terminada la fiesta carnívora se abate la banderita que cada uno tiene al lado de su plato para que los portadores de las viandas no se detengan más en ella.